jueves, 22 de octubre de 2015





El yo-yo
El yo-yo (o yoyó)
El yo-yo tuvo su origen en un artilugio de caza, que usaban en los comienzos de la Edad Moderna, ciertas civilizaciones para obtener sus presas para alimentarse, y requería de cierta habilidad para manejarlo.
El yo-yo (o yoyó) es un juguete de malabares.
Está formado por un disco de madera, de plástico o de otros materiales con una ranura profunda en el centro de todo el borde, alrededor de la cual se enrolla un cordón que, anudado a un dedo se hace subir y bajar alternativamente. Se maneja el disco mediante sacudidas hacia arriba y abajo.
Los más hábiles han logrado hacerlo patinar en el suelo o realizar pruebas y piruetas según les permita la imaginación y la práctica. El perrito consiste en lanzar el yo-yo hacia abajo, logrando que el mismo se deslice sobre la cuerda, se deja correr por el piso, procurando luego incorporarlo al ritmo normal del juego. El columpio consiste en deslizarlo, una vez lanzado el Yo-yo, sujetando la cuerda un poco menos de la mitad. Con el otro extremo de la cuerda se forma un triángulo, y se introduce el Yo-yo en el centro, balanceándolo, para luego incorporarlo al ritmo normal del juego.
Es un entretenimiento de niños y adultos. Los modelos de yo-yo van desde los materiales y formatos más tradicionales hasta algunos con luces y sonidos.
En México, la patente del yo-yo se da en 1866, se llegó a reconocer como un deporte, incluso, existe lo que se conoce como la Asociación Mexicana del Yo-Yo. Sin duda, el hecho de que su precio sea económico y que sea sencillo construirse con materiales baratos y fáciles de conseguir ha contribuido a que muchos niños en el mundo, hasta los más pobres, puedan jugar con él. 

La historia del yoyo en México se remonta antes de la existencia del teléfono y la televisión donde ya había aficionados. Estos niños y jóvenes jugaban con yoyos de madera de marca Sheiro. Es la primera marca conocida en nuestro mundo moderno como tal. Anteriormente, desde luego se usaban los yoyos de madera de

fabricación manual casera y posterior de madera hechas con torno copiador; estos últimos los seguimos encontrando en los mercados y usando en nuestros días. El yoyo toma su forma comercial y promocional como lo conocemos en la actualidad en los años sesenta con la aparición de las empresas Plastimarx, Impala que producían estas piezas así como las empresas internacionales promotoras como Flambeau Produts Corporation (dueña de la marca Duncan) así como la empresa Jack Russell quien promovía a la empresa Coca Cola en todo el mundo con sus campañas publicitarias y desde luego México no fue la excepción. En México era un juguete de niños hasta que Plastimax en el año de 1962 lanzó a una niña llamada Elvira Leño quien sirvió de promotor para que las niñas fueran incluidas en este juguete divertido y didáctico.



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