El yo-yo
El
yo-yo (o yoyó)
El yo-yo tuvo su origen en un artilugio de caza, que usaban en los comienzos de la Edad Moderna, ciertas civilizaciones para obtener sus presas para alimentarse, y requería de cierta habilidad para manejarlo.
El yo-yo tuvo su origen en un artilugio de caza, que usaban en los comienzos de la Edad Moderna, ciertas civilizaciones para obtener sus presas para alimentarse, y requería de cierta habilidad para manejarlo.
El
yo-yo (o yoyó) es un juguete de malabares.
Está formado por un disco de madera, de plástico o de otros materiales con una ranura profunda en el centro de todo el borde, alrededor de la cual se enrolla un cordón que, anudado a un dedo se hace subir y bajar alternativamente. Se maneja el disco mediante sacudidas hacia arriba y abajo.
Está formado por un disco de madera, de plástico o de otros materiales con una ranura profunda en el centro de todo el borde, alrededor de la cual se enrolla un cordón que, anudado a un dedo se hace subir y bajar alternativamente. Se maneja el disco mediante sacudidas hacia arriba y abajo.
Los
más hábiles han logrado hacerlo patinar en el suelo o realizar pruebas y
piruetas según les permita la imaginación y la práctica. El perrito consiste en
lanzar el yo-yo hacia abajo, logrando que el mismo se deslice sobre la cuerda,
se deja correr por el piso, procurando luego incorporarlo al ritmo normal del
juego. El columpio consiste en deslizarlo, una vez lanzado el Yo-yo, sujetando la
cuerda un poco menos de la mitad. Con el otro extremo de la cuerda se forma un
triángulo, y se introduce el Yo-yo en el centro, balanceándolo, para luego
incorporarlo al ritmo normal del juego.
Es un entretenimiento de niños y adultos. Los modelos de yo-yo van desde los materiales y formatos más tradicionales hasta algunos con luces y sonidos.
Es un entretenimiento de niños y adultos. Los modelos de yo-yo van desde los materiales y formatos más tradicionales hasta algunos con luces y sonidos.
En
México, la patente del yo-yo se da en 1866, se llegó a reconocer como un
deporte, incluso, existe lo que se conoce como la Asociación Mexicana del
Yo-Yo. Sin duda, el hecho de que su precio sea económico y que sea sencillo
construirse con materiales baratos y fáciles de conseguir ha contribuido a que
muchos niños en el mundo, hasta los más pobres, puedan jugar con él.
La historia del yoyo en México se remonta antes de la existencia del teléfono y la
televisión donde ya había aficionados. Estos niños y jóvenes jugaban con yoyos
de madera de marca Sheiro. Es la primera marca conocida en nuestro mundo
moderno como tal. Anteriormente, desde luego se usaban los yoyos de madera de
fabricación manual casera y posterior de
madera hechas con torno copiador; estos últimos los seguimos encontrando en los
mercados y usando en nuestros días. El yoyo toma su forma comercial y promocional
como lo conocemos en la actualidad en los años sesenta con la aparición de las
empresas Plastimarx, Impala que producían estas piezas así como las empresas
internacionales promotoras como Flambeau Produts Corporation (dueña de la marca
Duncan) así como la empresa Jack Russell quien promovía a la empresa Coca Cola
en todo el mundo con sus campañas publicitarias y desde luego México no fue la
excepción. En México era un juguete de niños hasta que Plastimax en el año de
1962 lanzó a una niña llamada Elvira Leño quien sirvió de promotor para que las
niñas fueran incluidas en este juguete divertido y didáctico.
jessik.jyjr@hotmail.comrimartinez2015@hotmail.com